Según los datos recopilados por la ERAA y de la información obtenida por parte de las Agrupaciones de Sanidad Vegetal (ASV), en estos momentos, el vuelo de la primera generación está finalizando en la mayoría de las zonas vitícolas de la región.
La curva de vuelo de esta primera generación de polilla ha sido muy irregular debido a las condiciones meteorológicas. En general, la incidencia de la plaga ha sido baja, excepto en parcelas puntuales donde la presencia de polilla es más acusada. Los daños de la primera generación de polilla en los racimos (glomérulos) no suele ser grave, por lo que normalmente no se recomienda tratamiento para esta generación, excepto en parcelas con ataques severos.
Las heridas que causan las larvas de la segunda y tercera generación en los granos pueden favorecer la infección de podredumbres (dependiendo de las condiciones meteorológicas) así como una pérdida de peso de los racimo.
En estos momentos nos encontramos, dependiendo de la zona vitícola, finalizando el vuelo de la primera generación y en los inicios de la segunda. Es muy importante, para determinar el momento oportuno de tratamiento y realizar un control adecuado de esta plaga seguir la evolución del vuelo de adultos de cada generación, así como las observaciones en campo sobre la evolución de la puesta y la eclosión de los huevos. Se recomienda consulten a sus técnicos de ASV la evolución de las curvas de vuelo de su zona, ya que estas pueden variar en función de las condiciones climatológicas de cada comarca e incluso dentro de una misma comarca o municipio.
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